¿Qué es SCRUM y cómo se aplica al manejo de equipos y proyectos?

Vivimos en una época dinámica que demanda de las empresas una constante optimización de procesos internos. Las industrias evolucionan todos los días y las organizaciones deben contar con equipos flexibles, que respondan de forma óptima a las nuevas necesidades de los consumidores, con el fin de asegurar la competitividad y rentabilidad.

Ante este panorama, los paradigmas tradicionales de liderazgo y trabajo en equipo están evolucionando. Las empresas están adoptando nuevas formas de manejar los proyectos internos, enfocadas en el trabajo colaborativo y la innovación. En este marco aparecen las llamadas metodologías ágiles, que si bien nacieron en el mundo de las empresas de tecnología, hoy son ampliamente usadas en cualquier industria.

Las metodologías ágiles tienen como objetivo principal garantizar la satisfacción del cliente con un proyecto o producto, sin comprometer los tiempos de entrega. Están creadas para aceptar requisitos cambiantes, sin importar el estado de maduración del proyecto y ahí está su ventaja competitiva: que se basan en potenciar la capacidad de respuesta del equipo, ante los cambios detectados en las necesidades del cliente final.

Una de las metodologías ágiles más utilizadas para el manejo de personas es el SCRUM, que plantea dejar atrás la fase de planificación y posterior ejecución del producto para dar lugar al desarrollo incremental. Esto quiere decir: aprender del proceso anterior para mejorar o incrementar el valor de las versiones de los productos y, finalmente, entregar uno de alta calidad.

En SCRUM, se elige para cada proyecto un equipo específico, se asigna a cada persona, de acuerdo a sus skills un roll; y el proyecto se ejecuta en ciclos temporales cortos y de duración fija (iteraciones que normalmente son de 2 semanas, aunque en algunos equipos son de 3 y hasta 4 semanas, límite máximo de feedback de producto real y reflexión). Cada iteración tiene que proporcionar un resultado completo, un incremento de producto final que sea susceptible de ser entregado con el mínimo esfuerzo al cliente cuando lo solicite.

Bajo esta metodología, se realizan reuniones diarias (llamadas reuniones de sincronización) para revisar los avances del proyecto. En estas reuniones, que son de corta duración se responden tres preguntas básicas:

1.- ¿Qué he hecho desde la última reunión de sincronización para ayudar al equipo a cumplir su objetivo?

2.- ¿Qué voy a hacer a partir de este momento para ayudar al equipo a cumplir su objetivo?

3.- ¿Qué impedimentos tengo o voy a tener que nos impida conseguir nuestro objetivo?

La revisión de estas preguntas, permite que el proyecto avance de forma fluida y que los objetivos de trabajo se renueven todos los días. SCRUM promueve además el trabajo colaborativo, transparente, donde se toman decisiones de forma rápida, en función siempre de mantener la calidad del entregable final.

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